¿Cómo enfocamos entonces un proceso de transformación «que funcione»? Para empezar, debemos entender que la gestión del cambio no es algo improvisado que «vamos viendo sobre la marcha». Al igual que en la gestión de cualquier proyecto, es muy importante planificar, ordenar y asegurar el proceso, «solo que» en proyectos de transformación es fundamental adoptar una visión human centric que sitúe a las personas como los verdaderos protagonistas del proceso para que sepan, quieran y puedan asimilar y hacer realidad el cambio. El Cambio con mayúscula (el organizativo) y el micro cambio (el del comportamiento de cada uno). Ello supone:

1. Determinar el propósito del cambio, respondiendo a la pregunta «por qué» queremos o debemos cambiar.

2. Conceptualizar cómo visualizamos la forma de trabajar en el futuro.

3. Construir un relato que sea capaz de mover y conmover a las personas hacia la situación deseada.

4. Diseñar y comprometerse con una hoja de ruta del «viaje»

5. Implantar y asegurarse de que se hace con éxito, mediante el establecimiento de un gobierno.